
Estamos acostumbrados a inmortalizar cada instante de nuestra vida a través de los móviles. Buscar la cámara, ver si queda batería, no queda memoria, con flash o sin flash?…. Y cuando te das cuenta… Ya ha pasado el momento.
Fíjense en la abuela cómo disfruta de la situación, no pierde un ápice de lo que pasa, está concentrada y está en “el aqui y ahora”. Sin embargo, el resto, desperdician esa situación e instante para poder captar la imagen, en vez de disfrutarlo.